En el marco de las manifestaciones por el Día Internacional de la Mujer, adolescentes y adultas tijuanenses alzaron la voz con testimonios respecto al ocaso y maltrato que expresan haber vivido por parte del director del Instituto Altazor, Josué de la Rosa.

Mediante un tendedero de denuncias y diversos carteles, dieron cuenta de las actitudes que el director y antiguo docente ha tenido con alumnas, maestras, prestadoras de servicio y personal administrativo, desde gashlighteo (abuso emocional en el que se hacen uso de actitudes narcisistas y manipuladoras) hasta actitudes inapropiadas con estudiantes y el personal.

Entre las denuncias, detallan que el director es prepotente y en general grita e insulta a todo su personal, además de realizar comentarios sexuales sobre compañeras de trabajo o calificando de “disfuncionales” a aquellas que ya han renunciado; de igual manera, comparten que aunque afirma que la preparatoria es un espacio para el desarrollo de la libre identidad, no respeta la identidad de género y constantemente realiza comentarios homofóbicos; además de obsesionarse con distintas estudiantes o pasar tiempo a solas con ellas en su oficina.

“Me gritaba delante de todos en las juntas, me evidenciaba, me dejaba en ridículo delante de estudiantes y hasta padres/madres de familia. Cuando algo salía mal me culpaba solo a mí. Nunca respetaba mis horarios de comida o descanso, aventaba puertas… Siempre buscando hacerme sentir culpable con frases como ‘Lo que estás haciendo es gracias a mí’”, compartió una docente.

“Cuando recién comencé a trabajar con él, me invitó a salir, a lo cual me negué, por lo que comenzó a agredirme verbal y psicológicamente por no haber aceptado su cita”, se lee en otro testimonio.




Al respecto, explicaron que De la Rosa suele “disfrazar” su conducta pretendiendo ser “buena onda”, “cool” o “buen amigo”, o afirmando que su colegio es un espacio seguro y con perspectiva de género, mientras muestra actitudes totalmente opuestas.

Asimismo, constantemente las alumnas han compartido sentirse incómodas ante la presencia de Josué a solas, pues tiene la costumbre de invadir el espacio personal y en saber sobre el proceso psicológico de las mismas, o emocionarse cuando se enteraba que tenían problemas con sus novios. Incluso ha intentado reprobar a estudiantes sólo porque no le simpatizan.

José de la Rosa fue docente de la Universidad Autónoma de Baja California,  donde también se presentaron situaciones de acoso a estudiantes antes de que el profesor se “retirara”.