La siguiente historia es la representación más clara de amor canino. Y es que es muy normal observar en las grandes ciudades, a personas en condición de calle acompañadas por un peludo amigo que comparte su espacio con la humanidad de esta persona sin hogar.

Cuando los signos vitales del humano de la historia comenzaron a fallar, el perro de este relato, que ocurrió en la ciudad de Río Piedras, Puerto Rico, no fue capaz de dejar el cuerpo ya sin vida de su dueño. Los profesionales de la salud que lo atendieron percibieron en el canino un amor incomparable.

La identidad del hombre no fue develado por ningún medio, pero sí un profesional de la salud que atendió el cuerpo sin vida, dio unas declaraciones que reflejaban el sentir de todo el personal de la salud que se enteró de la historia.

Carlos Gomez es el nombre del que reconoce haber visto en varias oportunidades a los dos amigos al frente del centro de salud sentados en la misma banca donde perdería la vida el amoroso humano. Historias como estas se hacen imborrables.

Recordando ese último momento, el profesional de la salud menciona refiriéndose al perro: “Se quedó viendo cada movimiento del personal (…) Una vez que se llevaron el cuerpo se quedó con esa cara que me tomó el corazón. Fue una escena de mucha amargura“.

Este hombre perdió la vida mientras descansaba en una banca frente a la sala de emergencias delcentro de salud. El perrito sentía que algo andaba mal. El Sr. Carlos cuenta: “Me puse a mirar toda la escena y el pobre perrito iba de atrás para adelante y le fui a dar un poco de cariño. La verdad es que la cara que tenía era una cosa increíble“. Lo llamativo es que no se encontraba solo, pues no se separaba el perro, aun cuando ya no había signos vitales. Cuentan: “Se quedó viendo cada movimiento del personal (…) Una vez que se llevaron el cuerpo se quedó con esa cara…»

Luego de que el cuerpo del hombre fue trasladado, el perrito se subió sobre la banca y permaneció acostado durante horas. El Dr. José Antonio Herrera Dalmau, conocía de primera mano la historia de aquel hombre y su perro, así que lo adoptó y lo llamó Leo. Él indica: «Ya le saqué cita con el veterinario porque tiene una pata media afectada… Es un amor de perro“.

Tomado de La Voz del Despertar: https://www.lavozdeldespertar.com/?p=15430&fbclid=IwAR0nDm7HzIvL0oxsvsVh6fLSGMx7uSScJsCw_n4fmGRJCghoN571SfXkboo