Si alguna vez soñaste con hacer cine sin irte del país (o sin cruzar al norte), esto te interesa: el Ayuntamiento de Tijuana firmó un convenio con el Observatorio Centro de Estudios Cinematográficos para impulsar a estudiantes y talentos locales que quieren hacer carrera en el medio audiovisual.
¿Qué significa eso?
Que los morros que estudian cine en el Observatorio (sí, esa escuela que está en el Cine Bujazán) podrán hacer su servicio social en oficinas del gobierno, colaborar en proyectos institucionales y—con suerte—aportar otra mirada a lo que pasa en la ciudad.
El alcalde Ismael Burgueño dijo que esto es parte del empuje que le está dando a la nueva Secretaría de Cultura, que creó durante su administración:
“El talento fronterizo hay que aprovecharlo para comunicar bien y generar desarrollo”, dijo en el evento.
Por su parte, Enrique González Silva, director del Observatorio, explicó que esta escuela nació para profesionalizar la industria del cine en Tijuana. Tienen programas de nivel superior avalados por la SEP y una matrícula pequeña, pero comprometida: unos 60 estudiantes.
“Este convenio nos permite meter a los estudiantes donde pasa lo importante: en las instituciones. Y de paso, poner su talento al servicio de la ciudad”.
¿Y esto para qué sirve?
Porque si algo necesita Tijuana es contar sus propias historias, con su propia gente. Y no solo desde la cultura, también desde lo público. ¿Te imaginas lo que puede pasar cuando el cine y las instituciones se cruzan para algo más que un spot?
Este convenio no es una alfombra roja, pero puede ser una puerta abierta para que los que quieren hacer cine lo hagan aquí, no allá.
Y eso, en una ciudad que siempre ha estado entre cámaras pero detrás de escena, sí que es una buena toma.